06 julio 2022

Retornar a la poesía

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(La luz de los ojos no existe)

 

 

Él se sabía muerto

porque la luz de la lámpara no lo iluminaba.

¿Podía determinar el deseo de los vivos?

¿Qué hacía si apagaba la luz

para andar por la casa?

La lámpara no llegaba

a su nuevo mundo.

 

            *

 

Encontrarse con la muerte

parecía la estrategia de un ejército vencido,

su memoria terminaba

como el hielo en el calor,

la memoria de la vida era agua.

 

            *

 

¿Dónde va el agua cuando el sol la deteriora?

 

            *

 

Miedo no existía en la mirada,

el espejo se parecía al rostro de una nube en marcha.

Pensaba en la forma más horrible del mundo

y aún era sencillo detenerse en la posibilidad.

 

            *

 

No podía decorar la luz con más deseo,

como algo imperfecto

para encontrar imágenes en el desordenado tumulto

de la claridad. 

22 mayo 2021

Proyecto de largo recorrido

 Después de terminar Aula del futuro, y viendo que me llevará un camino largo encontrarle edición, si lo encuentro, sigo trabajando. Que el trabajo sirva como transformación, como ahínco; encontrar las palabras justas para las imágenes, deudoras de una relación onírica con el agua, porque las imágenes surgen del espejo del agua, intentando atestiguar que el arte relaciona el dolor con la metamorfosis. No quiero agobiar con más palabras, leyendo en lo que podrá venir.

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09 mayo 2021

Definición de aura

    Estás solo contigo mismo con una lógica que no entiendes, y ataviado de procesos. Esos silencios que te invaden descubren que el sentimiento no es solo tuyo, sino de todo ser humano. Decía Pablo D'Ors, que a pesar de ser sacerdote, su idea de interior la había tenido que buscar en otros planteamientos religiosos que le ayudaron a sentirse más satisfecho. Javier Balda y Alex Chico, en Definición de aura, plantean el no significado, hasta que Alex llega a decir hablando del interior que 'Hoy estas cuatro paredes sostienen / el abismo'. Esta inexistencia no es la muerte, porque se ha encontrado el hálito de lo que se es, 'lo que he olvidado', como si eso fuera existir, creencia en la dinámica 'donde no ha ocurrido nada y, sin embargo, / se logra no haber sido nunca'. ¿Es, como dice el poeta, 'un territorio en alerta'? La idea de estar alerta es antigua, camino de lo que el poeta quiere, recomenzar porque la propia vida en sí es insuficiente. El dedicará su viaje interior a buscarse en las ciudades que siempre le han recordado un anonimato, ser anónimo sin salir de las cuatro paredes de su habitación, afirma el poeta, como algo meritorio, increíble; una anécdota: vas de concierto, y en la fila esperando tu turno para entrar, se acerca una persona y se pone a charlar contigo. Y resulta que es alguien a quien admiras, alguien que afirma que escribe un blog que lee muy poca gente. ¿Es esa una cura? A veces sólo hay que darse cuenta de lo fácil que resulta todo, 'también vivir'. Hemos sido solitarios, pero, después de todo, creemos en la vida, y reproduzco aquí los dos versos más bellos que he leído como definición de la luz: 'Las sombras, al juntarse, / construyen algo parecido a la luz'. Javier Balda y Alex Chico dirán que son 'Desviaciones', ese territorio alerta que se compone de algo imaginado y lo que de verdad no es, y que la poesía nombra, titula, circunscribe con eficiencia. ¿Y no es esto una definición, 'definición de aura', porque 'estás aquí para que cada comarca de la tierra no se agote y te haga creer, por un momento, que todo lo que te rodea merece narrarse'?



  

29 abril 2021

El canto de la piedra

 ¿Qué sigue a la piedra? Hace unos días me encontré con un paquete al venir de trabajar de un poeta amigo y ahí Ramón Mayrata y Eduardo Vega de Seoane hablaban de la piedra en poemas y pintura. La piedra como símbolo de abismo que se construye desde abajo hacia arriba. La piedra como instrumento mediador en las primeras culturas. Yo añadiría la piedra como arrecife invisible al que aferrarse, tranquilo; cuando una piedra hace hondas en el agua corrige el significado de una premonición, pues quizá sea eso un poema, un instante que asir, o como escribe Cicerón, que dice que Quinto Ennio, a los poetas, los llama santos. Elegir la primera elección, lo que llega de la musa; hallarlo como se halla una flor en el estiércol, cultivarla con agua, y construir un arrecife. Eso media de este siglo XXI, incapaz de producir la imagen de la muerte, solapada con la eficacia de la tecnología: parece que nada llega, pero el mundo está ahí, y es igual en estos millones de años; el mundo no es una solución al espejo, donde se persigue el poema, el mundo establece una idiosincrasia con la pérdida: simultáneamente el espejo y él no encuentran una reconciliación. Si tuviéramos que establecer permanencias, la encontraríamos en la piedra, en su simbiosis marítima, íntimamente ligada al viaje del barco... El barco produce el viaje desde la piedra, sale de la piedra y llega a la piedra, que no al mundo, que en su dudosa armonía incrementa lo oscuro con su establecimiento mental. Ser mundo es ser mentalidad, una mentalidad de ser mundo, y desde ahí se desplaza el hombre a la súplica, al rezo para no ser mental, para ser piedra. Es un intenso ajedrez creíble, donde la jugada perfecta es la metáfora, asilo, guarida, túnel de lo sentido. Si la musa quisiera aparecer,  ¿la piedra aguardaría? La piedra es una credibilidad ante el terremoto, dos piedras chocan y producen una explosión orgánica y se forma el mundo.



    Construir con la piedra un monasterio para el poema, dejarlo respirar en la fragancia de silencio, localizarlo en la alegría de lo oscuro. Hoy he visto que no había prejuicio en una persona porque no veía. ¿Cuál es el sentido que lleva con más intensidad al juicio? Mirar combinado con la mente es muy peligroso. La piedra es ciega. La piedra deja hacer al agua de mar, al cincel, y esa oscuridad forma el mundo. ¿Qué mira un escultor cuando está domando a la piedra? Esa visión no está en la luz porque se haría invisible, me refiero a la visión, sería algo más del mundo, y como algo que procede de él, la instrumentalización de la visión destruiría el sentido de la obra de arte. La visión debe poder construirse en la oscuridad para hacer el poema. 

13 marzo 2021

Creo en el Arte

     Era una noche que se presumía larga y se me ocurrió dejar constancia de unas palabras de Rubén Darío que ponen de manifiesto el carácter rítmico del arte. Dice que persigue una forma que no encuentra su estilo, poemas de Prosas profanas que lo llevan a un sabor a frustración y desaliento poéticos, a la vez que de signo inquisitivo(1); porque todo arte ¿no está inmerso en una serie de preguntas sincronizadas con el desaliento? En este siglo XXI lleno de refugios electrónicos que no guardan de nada, quizá algunos somos protegidos por unas palabras con ritmo, con musicalidad que es el verso; con una imagen que describe a un hombre que danza sobre la lluvia como mito de realización(2); y una música que halla su cobijo en la escucha de un mundo que solo oye, mientras uno de cada cincuenta sabe el tempero y el cimiento de las notas. ¿El artista siempre ha sido un extranjero que no ha sabido habitar el mundo? Gaston Bachelard, en La poética de la ensoñación dice que 'existen playas de tranquilidad en medio de las pesadillas' (3), el verso, la diatriba que hoy en día se ha olvidado, al lado de poéticas urbanas que lo refuerzan, he ahí la paradoja. Lo que Aristóteles llama imitación se aproxima a lo que va a suceder y eso en este siglo XXI parece que está suplantado por la tecnología, que puede dibujar un futuro que no existe en la pantalla de un Smartphone.




    Pero quién sabe si esto se ha tratado ya. Miramos con fuerza una sensación de utopía al decaer por esta sigilosa discordancia del tiempo que felicita el arte en su concepción. Esta medida que va creciendo se populariza en la duda, pues nunca ha estado en la multitud. La fe en una globalización que no trae ningún sentido porque el arte es otra cosa; el arte es el silencio con que el mundo espera descubrir la luz, más ambientada en las tinieblas que nunca. El verso surge de esa imitación siniestra de eso que Bachelard llama sueño. Hoy podría haber contado la historia de dos amigos que rompen sus matrimonios para recuperar su amor porque lo he soñado en una siesta inmediata, y si pudiera fotografiarlo. Es esa duda la que construye el arte, la que hace de una fotografía, un verso, una pintura, la música, la escultura, el cine lo que es. ¿Y qué es? Quizá el péndulo con el que en la película El sur de Erice se busca agua.

(1) Rubén Darío, Prosas profanas, edición de José Olivio Jiménez, Alianza Editorial.

(2) Henri Cartier-Bresson, Detrás de la Estación de Saint Lazare

(3) Gaston Bachelard, La poética de la ensoñación, Breviarios, Fondo de Cultura Económica.    

Retornar a la poesía

            1 (La luz de los ojos no existe)     Él se sabía muerto porque la luz de la lámpara no lo iluminaba. ¿Podía determin...